Turno en Oposición al Presupuesto 2015-2016
La autofagia no es otra cosa que la capacidad de un organismo de consumirse a sí mismo. Es un mecanismo biológico que puede servir en ocasiones para regular el crecimiento celular, pero en condiciones anómalas la autofagia resulta en la muerte del organismo y, en situaciones particulares, por extensión, se ha utilizado el término para referirse a individuos que en estado de completa hambruna y desesperación tratan de consumirse a sí mismos literalmente. Este fenómeno de la autofagia describe con mucha precisión lo que está pasando en nuestro país en estos tiempos. Un sistema a punto de colapsar, un sistema empobrecido, sin recursos, que termina consumiéndose a sí mismo. ¿Cómo es que se ha hecho esto durante los últimos años? Este país ha comenzado a consumirse a sí mismo, primero, a través del endeudamiento extremo, alocado, que se ha dado durante muchísimas administraciones. Endeudamiento que hoy provoca que debamos más de 72 mil millones de dólares que como país no podemos pagar, aunque haya quien insista-queriendo engañar- diciendo que “la deuda se puede pagar”, que “Puerto Rico va a poder cumplir”. La deuda es una deuda impagable y lo sabe todo el mundo.
Este país ha continuado consumiéndose a sí mismo a través del liderato político que nos ha gobernado con políticas de privilegios contributivos, que le ha entregado lo poco que tenemos a ciertos intereses privilegiados negándole oportunidades a los nuestros en todos los niveles. Desde las empresas cobijadas por la ley de incentivos económicos que tributan a unas tasas ridículas –al dos, tres o cuatro por ciento- cuando la gente que trabaja en este país le tiene que entregar más de una cuarta parte de sus ingresos al Estado; hasta condiciones de competencia desleal que genera el gobierno cuando, por ejemplo, una gran mega tienda en Santurce no tiene que pagar el CRIM porque el Municipio los eximió pero el negocio del boricua que está cruzando la calle, ese tiene que pagarlo todo. O medidas como las que aprobaron ustedes. Lufthansa no tiene que pagar a tiempo doble las horas extras de sus trabajadores, pero las industrias puertorriqueñas sí, esas tienen que cumplir con la ley. Y ahora, los nuevos mecanismos para consumirse a sí mismo están en algunas de las medidas aprobadas recientemente: el autofinanciamiento a través de los trans internos que no son otra cosa que la emisión de deuda que desde el principio sabemos que no hay interés de pagar; las transferencias forzadas de corporaciones públicas como el Fondo del Seguro del Estado o la ACAA que es una forma de empobrecer a las pocas entidades que más o menos han mantenido aun en tiempos de crisis; los impuestos regresivos que le quitan al que trabaja y al que menos tiene mientras se promueve que los que más generan continúen siendo intocables, protegidos, empresas a las que no se les exige una participación igual en la responsabilidad que debe ser común para todos.
Todos esos mecanismos nos han llevado a una situación económica en la que no tenemos en cómo proveerle a nuestros ciudadanos. Todo este cacareo de un presupuesto reducido ¿pero cómo alguien puede pensar que es una cosa buena tener un presupuesto reducido?, si lo único que eso quiere decir es que no tenemos con que hacer más. Eso es como cuando el Departamento de la familia publica la noticia de que hay más gente que cualifica para el PAN y viene más dinero federal, que es como hacer una fiesta patronal porque hay más gente pobre de lo que había antes. De eso es lo que se trata la aprobación de este presupuesto reducido que, además, está predicado en la falacia tremendamente desacreditada en todo el planeta de que menos gasto público es bueno. Menos gasto público es malo porque una de las funciones del gasto público es incentivar el gasto privado y de trabajar de manera conjunta la movilización de la economía. Tan malo es que ya sabemos lo que está pasando, no solo con la economía publica, sino también, lo que está pasando en la economía privada en Puerto Rico. Quizás el ejemplo más dramático que a todo el mundo le ha tocado vivir de una forma u otra es la emigración masiva de nuestra gente, sobre todo, de los jóvenes en edad productiva. Así que este presupuesto, a través de estas resoluciones conjuntas, no es otra cosa que la certificación de que ese mecanismo de consumirse a sí mismo, el país en efecto, está acabando con la posibilidad de vida económica.
Quiero hacer mención solamente de algunos de los detalles que se ven reflejados en algunas entidades gubernamentales, y de lo que eso va a significar para el pueblo de Puerto Rico. No puede tener nada de bueno un presupuesto reducido en el que al Departamento de Corrección y Rehabilitación se le priva de la oportunidad de tener personas en números suficientes para que atiendan los requerimientos de trabajo social, los técnicos de rehabilitación de drogodependientes. Entonces, no tenemos un Departamento de Corrección y Rehabilitación, tenemos un almacén de gente en las que sobrevivirán como puedan sin ningún instrumento de reinserción a la vida social. En eso estamos convirtiendo el sistema penal por la falta de recursos. No puede tener nada bueno un presupuesto que no puede garantizar que los proveedores de salud -que llevan sobre sí el peso de la deuda que desde hace meses tiene ASES con ellos- no tienen sin la posibilidad en el futuro inmediato de recibir compensación por los servicios que dieron. No puede tener nada bueno un presupuesto reducido en que la Administración de Tribunales ha tenido que venir aquí a decir “es que si no me dan un poquito más cerramos las salas de investigaciones los fines de semana y por las noches”; y por poco han tenido que llegar a eso hasta que, a última hora, apareció una partida adicional. Siguen en peligro las salas de drogas, programas como la sala de violencia doméstica y programas que intentan aliviar el gravísimo problema de acceso a la justicia que hay en nuestro país. No puede tener nada de bueno algo que le priva de recursos al Departamento de Educación y que acude al truco de “consolidación de escuelas” diciendo que son mejor las escuelas de 800 y 1,000 estudiantes, en donde todos conocemos cuales han sido los resultado en las pruebas estandarizadas que ellos insisten son la medida justa de aprovechamiento. Pues esas son las escuelas a donde se van a mandar los niños para ahorrarse par de pesitos al DE. No puede tener nada de bueno que a conciencia sabiendo que vamos a tener más niños y niñas que nunca en el Programa de Educación Especial, se han reducido las partidas que van directamente a la compra de servicios, evaluaciones y a asistencia tecnológica.
Mencionaba el Presidente de la Comisión de Hacienda que, según él, era una feliz coincidencia que el número de la Resolución Conjunta fuera el 748 porque es el mismo número de la Resolución que en las Naciones Unidas supuestamente retiró a Puerto Rico de los países coloniales. Yo creo que hay algo de justicia poética en esa coincidencia, porque tan engañoso fue el truco de la 748 como la pretendida celebración por este presupuesto, que lo único que evidencia es el colapso del sistema de inferioridad política que ustedes han defendido.
No podemos tener más, y hay que dejar ya el cuento de quienes hacen más con menos, porque ya no hay quien se lo crea. De paso las organizaciones sin fines de lucro que han visto restituidas parte de sus asignaciones lo han logrado a fuerza de cabildeo, a fuerza de recurrir a los medios, a fuerza de hacer saber que había un precio político que pagar. Yo no escuché a ninguno de ustedes defendiéndolas cuando el gobernador alegremente hizo el anuncio de que le iba a quitar fondos. En ese momento a ustedes les parecía que era una gran idea porque “todos tenemos que aportar”. Así que nada, por favor, de adjudicaciones de bondades y compasión por lo que esas organizaciones se han tenido que ganar aquí.
Como les decía, una feliz coincidencia lo del 748 porque me parece que el resultado que tendremos que ver con la aprobación de este presupuesto no es otra cosa que la demostración clara, clarísima que un sistema que se ha dedicado perversamente a sembrar pobreza y dependencia, lo único que puede cosechar es dependencia y pobreza. Así ocurren las cosas en el curso normal de la vida y el resultado será un país incapaz de proveerles a sus ciudadanos los servicios a los que vienen obligados.
La autofagia no es otra cosa que la capacidad de un organismo de consumirse a sí mismo. Es un mecanismo biológico que puede servir en ocasiones para regular el crecimiento celular, pero en condiciones anómalas la autofagia resulta en la muerte del organismo y, en situaciones particulares, por extensión, se ha utilizado el término para referirse a individuos que en estado de completa hambruna y desesperación tratan de consumirse a sí mismos literalmente. Este fenómeno de la autofagia describe con mucha precisión lo que está pasando en nuestro país en estos tiempos. Un sistema a punto de colapsar, un sistema empobrecido, sin recursos, que termina consumiéndose a sí mismo. ¿Cómo es que se ha hecho esto durante los últimos años? Este país ha comenzado a consumirse a sí mismo, primero, a través del endeudamiento extremo, alocado, que se ha dado durante muchísimas administraciones. Endeudamiento que hoy provoca que debamos más de 72 mil millones de dólares que como país no podemos pagar, aunque haya quien insista-queriendo engañar- diciendo que “la deuda se puede pagar”, que “Puerto Rico va a poder cumplir”. La deuda es una deuda impagable y lo sabe todo el mundo.
Este país ha continuado consumiéndose a sí mismo a través del liderato político que nos ha gobernado con políticas de privilegios contributivos, que le ha entregado lo poco que tenemos a ciertos intereses privilegiados negándole oportunidades a los nuestros en todos los niveles. Desde las empresas cobijadas por la ley de incentivos económicos que tributan a unas tasas ridículas –al dos, tres o cuatro por ciento- cuando la gente que trabaja en este país le tiene que entregar más de una cuarta parte de sus ingresos al Estado; hasta condiciones de competencia desleal que genera el gobierno cuando, por ejemplo, una gran mega tienda en Santurce no tiene que pagar el CRIM porque el Municipio los eximió pero el negocio del boricua que está cruzando la calle, ese tiene que pagarlo todo. O medidas como las que aprobaron ustedes. Lufthansa no tiene que pagar a tiempo doble las horas extras de sus trabajadores, pero las industrias puertorriqueñas sí, esas tienen que cumplir con la ley. Y ahora, los nuevos mecanismos para consumirse a sí mismo están en algunas de las medidas aprobadas recientemente: el autofinanciamiento a través de los trans internos que no son otra cosa que la emisión de deuda que desde el principio sabemos que no hay interés de pagar; las transferencias forzadas de corporaciones públicas como el Fondo del Seguro del Estado o la ACAA que es una forma de empobrecer a las pocas entidades que más o menos han mantenido aun en tiempos de crisis; los impuestos regresivos que le quitan al que trabaja y al que menos tiene mientras se promueve que los que más generan continúen siendo intocables, protegidos, empresas a las que no se les exige una participación igual en la responsabilidad que debe ser común para todos.
Todos esos mecanismos nos han llevado a una situación económica en la que no tenemos en cómo proveerle a nuestros ciudadanos. Todo este cacareo de un presupuesto reducido ¿pero cómo alguien puede pensar que es una cosa buena tener un presupuesto reducido?, si lo único que eso quiere decir es que no tenemos con que hacer más. Eso es como cuando el Departamento de la familia publica la noticia de que hay más gente que cualifica para el PAN y viene más dinero federal, que es como hacer una fiesta patronal porque hay más gente pobre de lo que había antes. De eso es lo que se trata la aprobación de este presupuesto reducido que, además, está predicado en la falacia tremendamente desacreditada en todo el planeta de que menos gasto público es bueno. Menos gasto público es malo porque una de las funciones del gasto público es incentivar el gasto privado y de trabajar de manera conjunta la movilización de la economía. Tan malo es que ya sabemos lo que está pasando, no solo con la economía publica, sino también, lo que está pasando en la economía privada en Puerto Rico. Quizás el ejemplo más dramático que a todo el mundo le ha tocado vivir de una forma u otra es la emigración masiva de nuestra gente, sobre todo, de los jóvenes en edad productiva. Así que este presupuesto, a través de estas resoluciones conjuntas, no es otra cosa que la certificación de que ese mecanismo de consumirse a sí mismo, el país en efecto, está acabando con la posibilidad de vida económica.
Quiero hacer mención solamente de algunos de los detalles que se ven reflejados en algunas entidades gubernamentales, y de lo que eso va a significar para el pueblo de Puerto Rico. No puede tener nada de bueno un presupuesto reducido en el que al Departamento de Corrección y Rehabilitación se le priva de la oportunidad de tener personas en números suficientes para que atiendan los requerimientos de trabajo social, los técnicos de rehabilitación de drogodependientes. Entonces, no tenemos un Departamento de Corrección y Rehabilitación, tenemos un almacén de gente en las que sobrevivirán como puedan sin ningún instrumento de reinserción a la vida social. En eso estamos convirtiendo el sistema penal por la falta de recursos. No puede tener nada bueno un presupuesto que no puede garantizar que los proveedores de salud -que llevan sobre sí el peso de la deuda que desde hace meses tiene ASES con ellos- no tienen sin la posibilidad en el futuro inmediato de recibir compensación por los servicios que dieron. No puede tener nada bueno un presupuesto reducido en que la Administración de Tribunales ha tenido que venir aquí a decir “es que si no me dan un poquito más cerramos las salas de investigaciones los fines de semana y por las noches”; y por poco han tenido que llegar a eso hasta que, a última hora, apareció una partida adicional. Siguen en peligro las salas de drogas, programas como la sala de violencia doméstica y programas que intentan aliviar el gravísimo problema de acceso a la justicia que hay en nuestro país. No puede tener nada de bueno algo que le priva de recursos al Departamento de Educación y que acude al truco de “consolidación de escuelas” diciendo que son mejor las escuelas de 800 y 1,000 estudiantes, en donde todos conocemos cuales han sido los resultado en las pruebas estandarizadas que ellos insisten son la medida justa de aprovechamiento. Pues esas son las escuelas a donde se van a mandar los niños para ahorrarse par de pesitos al DE. No puede tener nada de bueno que a conciencia sabiendo que vamos a tener más niños y niñas que nunca en el Programa de Educación Especial, se han reducido las partidas que van directamente a la compra de servicios, evaluaciones y a asistencia tecnológica.
Mencionaba el Presidente de la Comisión de Hacienda que, según él, era una feliz coincidencia que el número de la Resolución Conjunta fuera el 748 porque es el mismo número de la Resolución que en las Naciones Unidas supuestamente retiró a Puerto Rico de los países coloniales. Yo creo que hay algo de justicia poética en esa coincidencia, porque tan engañoso fue el truco de la 748 como la pretendida celebración por este presupuesto, que lo único que evidencia es el colapso del sistema de inferioridad política que ustedes han defendido.
No podemos tener más, y hay que dejar ya el cuento de quienes hacen más con menos, porque ya no hay quien se lo crea. De paso las organizaciones sin fines de lucro que han visto restituidas parte de sus asignaciones lo han logrado a fuerza de cabildeo, a fuerza de recurrir a los medios, a fuerza de hacer saber que había un precio político que pagar. Yo no escuché a ninguno de ustedes defendiéndolas cuando el gobernador alegremente hizo el anuncio de que le iba a quitar fondos. En ese momento a ustedes les parecía que era una gran idea porque “todos tenemos que aportar”. Así que nada, por favor, de adjudicaciones de bondades y compasión por lo que esas organizaciones se han tenido que ganar aquí.
Como les decía, una feliz coincidencia lo del 748 porque me parece que el resultado que tendremos que ver con la aprobación de este presupuesto no es otra cosa que la demostración clara, clarísima que un sistema que se ha dedicado perversamente a sembrar pobreza y dependencia, lo único que puede cosechar es dependencia y pobreza. Así ocurren las cosas en el curso normal de la vida y el resultado será un país incapaz de proveerles a sus ciudadanos los servicios a los que vienen obligados.