La salida de Doris Zapata de la Secretaría Auxiliar de Educación Especial es un paso en la dirección correcta, pero dista mucho de ser suficiente. Para comenzar, el gobernador, que reclama que se trate a los niños de educación especial como si fueran los de él, debe aplicarse la recomendación y dar él, sin intermediarios, parapetos ni excusas, las instrucciones para que los abogados de su gobierno cesen en la insensible defensa de lo indefendible en el pleito de Rosa Lydia Vélez. Quizás ahora, que la presión de los medios lo ha llevado a mirar de forma distinta la situación de educación especial, pueda empezar a entender la tragedia de decenas de miles de familias de niños con diversidad funcional.
El Departamento de Educación tiene que ser reestructurado de arriba a abajo, erradicando la politización, valorando la importancia de reclutar personal docente de primer órden, y respetando la diversidad de las capacidades y necesidades de nuestros niños y niñas.
El Departamento de Educación tiene que ser reestructurado de arriba a abajo, erradicando la politización, valorando la importancia de reclutar personal docente de primer órden, y respetando la diversidad de las capacidades y necesidades de nuestros niños y niñas.